Páginas

martes, 3 de abril de 2018

No hay deidad

Dices que la noche es mía, pero aquí me tienes esperando, ocupando la mente y fuerza en situaciones no reales, está todo a oscuras y no apareces por ningún lado, prometiste mandar tu sombra a cuidarme, para no sentir tanto tu ausencia, pero no la siento, tal vez ocupada está... acompañando a aquellos que la necesitan más que yo, y comprendo entonces con el paso de los días, que estoy enamorada de ideas estúpidas que me prometen un final feliz.Que ignorante e ilusa, ahora que he descubierto el poder de la mente, nada será igual, y tú, invisible, no me atarás de nuevo con remordimiento y confusión.
 Oh no, el ataque de pánico de nuevo, lo atravesaré sola, rasgando mi rostro y repitiéndome que no caeré ante la falsa omnipresencia que inventé sobre tí, y me doy cuenta que siempre fuiste inerte, malditas ideas preconcebidas. Ahora escucho palabras vacías, a las que hago caso omiso, porque siempre fueron las mismas, y siempre me sentí sola estando en tu presencia, obligada a fingir que algo estremecía mi alma, y me ayudaba a prosperar, recuerdo observarte desde mi morada, zona de confort algunos la llamarían, tratando de alcanzar la perfección, para poder dormir con la tranquilidad de que mi lado no te irás, sintiéndome poco suficiente y culpable, ¿Ves lo que has hecho? mentiras, falacias asquerosas taladrando mi vida, manchando los mejores días que tuve, pero ya no más, he decidido, como consuelo, creer que si existes, escupiste y volteaste, y así me aliento a continuar para no dejarme sobrellevar por el miedo de que al final, sea tu luz la última que observe, triste, de que haya decidido voltear mi rostro de tí.


No hay comentarios:

Publicar un comentario